Para algunos resultará sorprendente saber que la mesa de los sinaloenses es, por diversos motivos, una de las mejor servidas de nuestro país. La localización geográfica de la entidad y el desarrollo de la producción agrícola, ganadera y pesquera hacen posible la elaboración de platillos que además de agradables al paladar constituyen una dieta rica en proteínas.Como suele ocurrir en los territorios que cuentan con una franja costera y que han hecho de la pesca una actividad importante, la riqueza culinaria de Sinaloa se explica a partir de la existencia de especies marítimas como el camarón, la langosta, la jaiba y el calamar; diversos platos se preparan con peces como el pargo, la lisa, el guachinango, el robalo, el marlín y el sierra, por mencionar los más sobresalientes.Por si esto fuera poco, en Sinaloa gustan también de aderezar una serie de platillos regionales que tienen su origen en la actividad ganadera; nadie podrá resistirse a probar, además de los afamados cortes, el caldillo, el chilorio y el asado placero.Para los hombres del campo todavía es una alternativa salir en busca de la pieza que formará parte del menú cotidiano. La cacería de palomas, codornices, patos e incluso venados es usual entre los grupos indígenas, que secan la carne y le agregan limón antes de asarla a la leña.Estos grupos conservan también sus antiguas tradiciones alimenticias y encuentran una parte de su sustento en los productos que obtienen directamente del campo, como son frutas y raíces, además de frijol, maíz y trigo.El arte culinario sinaloense, que reúne las costumbres de españoles, indios y negros, se verá reforzado a lo largo de los años con la llegada a estas tierras de griegos, chinos, japoneses, ingleses, alemanes, franceses, libaneses, judíos y norteamericanos.Una idea del rico menú casero de Sinaloa es compartida por Georgina Luna Parra cuando dice en la guía gastronómica tituladaComida sinaloense, de Editorial México Desconocido: “...sería interminable relatar lo que comimos en cada una de las etapas del viaje... nos conformamos con mencionar algunos de los platillos “de fábula” que tuvimos la suerte de paladear: tamales tontos, mixcocos de frijol y puerco enchilado, tamales barbones de Escuinapa, frijoles puercos, menudo blanco, colache de calabacitas, puntas de calabaza con queso, acelgas con garbanzo, caldo de zuzule, caldo michi, machaca, cocido, sopa de pescado, pozole, pozolillo, albóndigas de camarón, chicharrón de camarón, tortitas de camarón y nopales, machaca de lisa o de mantarraya, pescado zarandeado, pollo tierno con arroz, gallina en caldo, quelites con puerco, borrego tatemado, el famoso chilorio, pulpos y calamares preparados de varias formas, y muchos otros más”.Toni-colDelicioso refresco originario de El Rosario con sabor a vainilla, hecho con las limpias aguas de un río subterráneo. Quienes lo conocen se hacen tan aficionados al mismo que cuando lo encuentran lo compran por cajas y ¡hasta se lo llevan fuera del país! Actualmente se puede encontrar en algunas tiendas naturistas
martes, 1 de diciembre de 2009
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